Hace cinco años te canté las mañanitas por última vez en el teléfono.
Casi no me escuchabas. Estabas cansado.
En tres años cumpliríamos nuestra promesa?
"Si a los treinta años no encontramos a nadie para compartir nuestra vida deberíamos compartirla nosotros... ya sabes... nos cuidamos aunque no nos gustamos, nos haríamos compañía y podríamos entrenar, platicarnos toda la noche; y si alguno se enamora... bueno, sería como un divorcio pero sin hacernos daño..."
Aún lo recuerdo como si no hubiera pasado tanto tiempo, casi 7 años...
Éramos apenas unos niños que no sabíamos nada del amor. Yo tuve la oportunidad de padecer lo que tu no, y tu... padeciste lo que creía imposible que padecieras.
Pero cuando eres niño no te enseñan a encarar una partida tan despacito...
No estuve mucho tiempo contigo como me hubiera gustado.
Así que un día fui para leerte; siempre le tuve fe a los libros... ahora los leo con respeto, igual que me fumo un cigarro, me tomo una copa o dirijo el volante del auto. Tengo cuidado con quien escribe poesía.
Tú me comprendes por que me haz escuchado estos meses. Sigues siendo mi confidente a pesar de los años. Continúas sabiendo de mí cada tanto; cuando lloro y me siento sola, sé que estás ahí como mi buen amigo, como siempre lo fuiste y lo serás. He crecido contigo a mi lado aunque no lo creas.
Sé que algún día mi querido amigo, nos veremos de nuevo, y entonces podremos platicar tantas cosas!
Hoy sólo vine a escribirte Feliz Cumpleaños amigo. Descansa en paz.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario