jueves, febrero 04, 2010

Capacidad, incapacidad.

He podido seguir de largo y dejar de escuchar los insultos por ser diferente.
Seguí de largo después de que me retaron a lastimar y frenar a quienes podía.
Sé que la lucha es conmigo misma y con nadie más.
Por eso en el combate me mantengo firme y tranquila.

Pero reconozco que hay cosas que me gustaría, tener la capacidad de poder hacer y no puedo.
Mi cuerpo es una montaña rusa, que me lleva de un laberinto, al cielo en un abrir y cerrar de ojos.
No puedo controlar el vértigo. Me encantaría.

¿Pueden reprocharme sentir mareo? ¿hablar de más cuando no controlo mis pensamientos?
y hablar de sentimientos? ¿Quién puede controlarlos?

Tener fé no puede ser algo que controlar... sé que no tengo la capacidad de hacerlo.
No soñar. Soñar. Con ese mundo donde podamos ser quienes somos auténticamente.

No tengo la capacidad de ver a tus ojos sin saber qué pasa en tu alma.
Por eso a veces prefiero no hacerlo.

Tengo la capacidad de decidir leer tus cartas, pero no quiero decirlo por que tengo la capacidad para saber que no quiero. Me duele tu dolor. Me alegra tu alegría. No tengo la capacidad de negar asimilar una parte que no es mía. La ignorancia es a veces, una bendición.

Libre albedrío dijeron, y en ese momento comprendí que la capacidad o incapacidad venía de mi voluntad. Pero hay cosas que ni la voluntad puede alterar. Se llaman ciclos, ritmos, vida!

Las cuerdas de una guitarra me cantan, mientras el tiempo pasa recordándome que cada segundo fue un instante pasajero. Justo ahora mientras lees, amanece en otro lugar, las parejas se unen en la oscuridad, unos ojos se cierran y otros nuevos se abren. Tan intransitorio, tan breve, tan ligero, y tan pesado.
Tiempo que no se controla: no tengo la capacidad de retenerte ni estas líneas de luz escurridizas en un montón de bits y longitudes de onda. Memoria contra tiempo, memoria contra capacidad, capacidad contra control... control!

La palabra clave es y será el control...
Despierta! esta amaneciendo y tu sigues pensando! no controlas el tiempo.
Pero si controlo lo que quiero hacer de mi vida! y únicamente de ella. Es mi posesión más preciada!
Pero no es posesión, tu vida te posee a tí, hay cosas que no controlas, cosas en ella que no tienes la capacidad de controlar! Entonces mi vida entera, lo único que tengo para darte es el libre albedrío para saber vivirte por el tiempo que pueda, pase lo que pase, entre capacidad y no, te mantendré en mí el tiempo que pueda.

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