jueves, diciembre 27, 2007

El coleccionista de mundos.


Continuando con los cuentos, las historias, sueños y demás...

Camina despacio y sin prisa de perderse de nada, parece que posee una mirada perdida pero es todo lo contrario. El recolector de mundos es una persona ajena al tiempo del resto del mundo y las personas, que generalmente se encuentra abstraído a través de sus sentidos tratando de localizar mundos perdidos. Sus pupilas atraviesan la apariencia de las cosas, así que cuando saludan al resto de los mortales pueden ser intimidantes aunque su apariencia sea humilde y de buen humor. Permanecen inmersos en olores, luces, colores, movimientos, manos, sabores, todas las cosas forman parte de su infinito banquete, así que poseen como cualidad escuchar cosas que otros no ven, o sienten. Hablan con cosas que parecen mudas como las piedras que cantan sus historias antiguas, metálicas y gastadas con voces secas y frías, o como las hojas secas que recitan a coro el cuento interminable de la vida mientras son arrastradas por el viento y crocantemente se convierten en risas de burbujas secas gritadas a carcajadas que acompañan al viajero que las pisa en verano.

El recolector de mundos es un experto y catador de lenguajes ocultos, sabe a donde se marchan los sueños perdidos sin que nadie le diga a donde se han escapado, y ha pasado eternidades de vidas tratando de entender su máximo misterio: el hombre y su vida, su particular, necio y hambriento estado de querer poseer conocimiento, su divina entrega a la alegría y su intrigante belleza; su insaciable cualidad, su poca modestia para ver pasar el tiempo cuando es joven, su inocencia; cuando es viejo comparte con ellos la sabiduría y la vida misma (con quien desea de verdad hacerlo). Así, muchas veces es confundido o denominado de mil maneras. No posee armas y no habla mucho, aparenta un estado de contemplación interminable.
Cuentan algunos que hace siglos, muchas de las personas que desempañaban esta mística labor eran conocidos con el nombre de oficio de sacerdotes, monjes, magos o sabios callados, meditadores y brujas blancas.

Existían en torno a ellos, conjuros que podían exacerbar esta cualidad en los mortales por un corto periodo de tiempo, pues las cualidades de este tipo de místico ofrecían una claridad de visión única y una manera especial y sincera de ver la realidad, confundida tantas veces con las verdades absolutas buscadas por los científicos y sabios desde siempre, por ejemplo lo que intentaron lograr los alquimistas, tratando de descubrir por medio de fórmulas y hechizos lo que se ocultaba detrás de su conocimiento infinito.
Algunas de las maneras de intentar conseguir este estado desarrollado por los recolectores de mundos, era bebiendo la sangre de dragón o comiendo el corazón de algún animal mágico, pero si no se poseía un corazón noble, quien lo hiciera no sólo tendría la capacidad de entender el lenguaje de las bestias, sino que sería devorado por sueños que augurarían la muerte de su sueños más amados; esto debido a que al sólo poseer parcialmente el conocimiento de los recolectores de mundos, su ser sería incapaz de traducir por completo, y produciría interferencias entre el mundo mágico y místico y la realidad humana. Muchos de quienes llegaron a lograrlo sin ser nobles adquirieron una deuda impagable que sería cobrada generación tras generación, y que serían conocidos después como gitanos y nigromantes, así, heredarían por medio de su sangre sus capacidades para entender sólo algunas partes de los lenguajes ocultos de la vida misma. Leer las cartas, los dados, el té, los ojos, la mano, hablar con los muertos, son algunas de estas características que son aparentemente inalcanzables para los demás.

No puede decirse que su existencia persiga un fin en si mismo. Sin embargo, como muchas de las cosas con las que mantiene conversaciones y cantos, el recolector de mundos sabe ver el movimiento de cosas que perecen inmóviles y calladas, como los árboles; siente el calor de la vida y la muerte a través de todo su ser. Su pasatiempo preferido es caminar, escuchar, ver, tocar, pero sobre todo observar, para lo que dedica horas y días enteros, por lo tanto su cualidad más grande es la paciencia. Su apariencia generalmente es vulnerable y frágil, aunque puede no ser así si el estado alcanzado no es nato. Carece de la característica humana del derroche y la ira.
Duerme plácidamente especialmente bajo el cielo, ya sea de noche o de día, y puede mantener largas conversaciones si se tienen desinteresada o apasionadamente. Para él (o ella) no existe la fealdad, sin embargo puede enfermar ante la sensación de ira, coraje, envidia, o desamor, si éstas lo rodean frecuentemente;
a veces puedes verlos bailar solos con la música del aire.

Anteriormente ayudaban a los viajeros perdidos guiándolos por las senderas correctas sin que éstos se dieran cuenta mientras conversaban plácidamente con ellos, y compartían lo que sabían con niños a manera de cuentos, así como con gente angustiada o enferma de miedo, si éstos poseían un alma noble.
Recompensaban a la gente que les ofrecía asilo o comida brindándoles buenas cosechas, lográndolo al hablar con la tierra y el aire, las plantas, rocas y animales. Por lo tanto, algunos de ellos antiguamente fueron gurús y buenos hechiceros que sabían el comportamiento de astros, que sabían dialogar con los espíritus de los elementos, y que lograban la prosperidad de pueblos pequeños y poco ambiciosos, ya que un factor importante es que servían como mediadores entre ambas partes. Su alma es bondadosa y próspera, logrando el equilibrio y la reflexión entre las cosas que los rodean y procuran.

Se les denominó recolectores de mundos por que poseen un basto conocimiento de todo, pero especialmente por que poseen la capacidad de saber observar los mundos ocultos en todas las formas de existencia que habitan en este y otros lugares, así, son los únicos interlocutores entre todos; su sabiduría les ha otorgado un papel complejo, el de la convivencia y la relacionalidad entre el todo. Recolectan a través de su ser el conocimiento de la magia oculta de todas las cosas y de todas las formas de vida y existencia.
Así que la próxima vez que te encuentres con alguien que parece estar en otro mundo, ten en cuenta que en realidad puede tratarse de un recolector. Más adelante explicaré que pasa con ellos actualmente, en dónde se encuentran y que hacen, quienes han sido sus discipulos y cómo es que comúnmente pueden morir, vivir, nacer e identificarse. Son definitivamente algunos de los seres más hermosos que existen.

miércoles, diciembre 19, 2007

El amante de la noche de los muertos.


Creo que no tengo memoria, nunca la he tenido tanto como los demás, y aunque muchos creen que eso es malo, yo creo que debe ser un privilegio, por que tengo más espacio en mi mente para recordar cosas que no son concretas, pero que son las únicas que de algún modo tienen sentido. Si tuviera que recordar una noche de entre todas las de mi vida para llevarme a la tumba, sería aquella de los mismos muertos. Música, había mucha esa noche y tomaba un pesado envase de cerveza mientras me latía el pecho lleno de burbujas que no sabía hacia donde se iban; esa noche recuerdo haber sentido el aroma de un vértigo maravilloso, aquel que se siente como sube y baja en el estómago, es el excitante aroma de no saber que pasará. Esa noche, fue la más dulce, como nunca había tenido ninguna. Tenía puestos aquellos zapatos, negros, grandes y largos con los que me siento una gran dama hechicera, (aquella noche tenía ya un encanto magnífico). Fueron los mismos que use en su boda, para desearles suerte sin que ustedes supieran, y es por que todo en mí tiene un mito. Aunque a veces yo misma me olvide de eso. Recuerdo que iban y venían, los cabellos de colores, los sacos viejos, las caras desconocidas y deformadas, mientras yo me paseaba con ese sombrero de alambre que a mi pesar había hecho sola, pero se convertiría en una emblemática corona que se contoneaba junto con la decisión de mi libertad. Hasta ese momento, el sentido estaba indefinido, o no sabía más bien que me había dirigido hasta allí con la intención de que así fuera. Cuando el ruido era maravilloso, cuando solo veía las palabras en las grandes bocas sonrientes, tuve la revelación de aquel viaje que hice junto con mi hermana y la puesta de sol la vi repetida en tus ojos. Era idéntica, quien lo diría, hasta ese momento fue que comprendí, (yo no sabía) que había dos soles en vez de solo uno, y es que olvide que el río lo acompañaba en aquella ocasión. Después todo, hubo un torbellino de risas, y bienestar, eso lo recuerdo, como si hubiera nacido para mecerme de esa manera en ese sitio y sólo en aquel, en el mismo que por las noches escucho tu corazón que me confiesa su deseo, donde baila el mío acompañado. Aunque nadie me lo dijera, una verdad me fue revelada, y como toda revelación que se había mantenido en secreto, tenía que ser olvidada por la memoria… pero esa noche la mía falló, así que la recuerdo: y es que jamás, volveré a estar sola, que del amante de aquella noche, de los ojos de soles, encontré al compañero de mis angustias de cientos de años borrados, (ahora suspiros de recuerdos recuperados) y la casualidad fue la madre del sentido pleno, del despertar de verdades sueltas tejidas en una madeja asombros, de casualidades con propósitos, y todo aquello que le da luz a mi vida se manifestó esa noche, susurrándome a voces de mis y sus muertos que así lo esperaban; así que seguí los pasos y lo sigo haciendo, hasta la noche que mi memoria pueda volver a olvidar. Eso es tal y como lo recuerdo y desde entonces he podido conversar con mi magia de nuevo, después de haberla dejado de escuchar por tanto tiempo, hoy la siento de nuevo en mis huesos, bailamos por las noches acompañadas por la alegría fría de aquel invierno, en la que el fuego era más intenso gracias a que se alimentaba de tu alegría y nuestras risas. Recordé también la música que se repetía en mi cabeza desde siempre, la misma que me mantuvo despierta por tanto tiempo sin entender por qué. La casa vieja de tejas rotas y los abrazos que nos quitaban el frío. En cinco minutos recordé todo, y mi piel se estremeció con tu presencia iluminada, y las burbujas, el baile, las risas, la música estaban ahí por que tenía que haber sido y así será y fue siempre. El amante de la noche de los muertos es el que tiene toda la vida manifestada a través de un montón de cosas invisibles para quien no debe verlas, así que si se tiene la fortuna de encontrarlo en la noche precisa, tal vez pueda recordarse entre las telarañas de la memoria, que siempre ha estado en nuestra cabeza y en nuestro corazón, pero debe tenerse cuidado, por que existe gente impostora, que emplea la luz de la luna para disfrazarse de él. Lo más doloroso es, que a veces la confusión puede ser mortal, por que puede borrar las huellas del amante de la noche de los muertos, y entonces nunca podrá ser encontrado. Ahora lo comprendo todo más fácil, por que no podía terminar los rompecabezas, por que mis ojos estaban al revés, por qué siempre tenía la sensación de un desorden descomunal donde no encontraba las cosas; por que desparecía todo en el instante mismo en que intentaba aprehenderlo, por que se apagaba y se prendía el cerillito de mi casa. Todo me decía que hacía falta encontrarlo, así que después de que logré hacerlo, mis ojos se abrieron profundamente y escucho otra vez hablar a los pajaritos que se alimentan en el patio, y la gatita es otra vez casi la amiga más vieja, los colores vuelven a bailar en mi paleta y juguetean en los lienzos y las hojas; volví a soñar con las grullas que vuelan, y escucho como cantan los libros. Tantas cosas, recuperar tanto a veces no es tan sencillo. El capullo se hace hilos de seda que se van tejiendo poquito a poco, se borda tan lindo desde que el sol se pone dos veces, y cuando amaneces, es el resplandor mas nítido, tanto que a veces me deslumbra, pero eso no importa, por que sé que nunca más volveré a dejar de verte, incluso después de cerrar mis ojos por ultima vez.

sábado, diciembre 15, 2007

Oblivion with beels. Beautiful Burnout. Underworld

Del útimo album de Underworld, simplemente de los grandes.