domingo, abril 11, 2010

Una semilla de luz.

La vida no tiene medida exacta, peso o un solo color.
Las heridas carecen de fecha de caducidad.
Las ganas de vivir se han expresado en milimétricas partes de existencia almacenadas ahora en mi memoria.

Es momento de seguir adelante.
Nada es seguro, pero eso es siempre, como el elemental tic tac que mide el paso del tiempo.

La cantidad de lágrimas no vale nada si no se valúan a través de la memoria.

Una semilla de luz pesó más que mil onzas de decepción, rechazo y miedo.
Gramos de universo que contienen mil sueños. Grafito de mil bocetos de alegrías, borró el sin sentido y me dio de vuelta la fe extraviada.

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