martes, marzo 02, 2010

Mi hermoso jardín quemado.

Se quema! se quemó todo!

Entre las cenizas encontré algunas ramas y semillas que lamentaban haber sido arrasadas con esa furia crujiente y mortal que se llevó sin compasión todo lo sembrado.

Cuidado!

Qué hermoso aquel botón; mira los pétalos brillantes de esa bugambilia. Estas otras son celosas por que saben las quiero, pero hay otras plantas que necesitan mi ayuda.

Movía su tierra, cortaba sus hojas muertas, les daba de beber. Todas ellas eran mis pinceladas de vida salvaje contenidas en un respiro de espacio y tierra.

Suspiraba en él mis sueños, respiraba el jardín conmigo. Sus raíces eran mi promesa de compañía.
Sonrían para mí, que yo les canto! Bailen el movimiento sorbido de la alegría de estar vivas.

Por las noches, el arrullo del viento susurraba para nuestra familia una oración de paz.
Por el día engalanaban con guantes y seda sus clorofílicas cabezas, manos y cuerpo.
Amaba incluso cada espina, cada delicado tallo, cada frescura verde.

Era mi hermoso jardín, un espacio para cantar, reír y jugar. Promesa y comunión.
Un cuadro de acuarelas coloridas y sedientas de cuidado que crecía conmigo.

Se quemó todo.

Le di paz al recuerdo de mis manos.
Lloré lágrimas grises que no apagaron la miseria de extrañarlo todo.
Golpee la tierra caliente y hambrienta de sus restos.
Me senté desconsolada, se había ido.
Cerré la puerta.

Dejé al sueño mostrarme la voluntad para seguir después de perderlo todo.

Llamaron a la puerta semanas después. Aún olía a quemado.
Del jardín quedaron sólo una fuente negra, un bulbo y un árbol sin hojas.

Ya no tengo jardín, pero la vida sigue en pie.

Sonrío.

3 comentarios:

HS.DELAVEGA dijo...

Incendio en el bosque! arde en cruces azules
Arde, arde, llamea, chispea en árboles de luz
Se derrumba, crepita. Incendio. Incendio.

Y mi alma baila herida de virutas de fuego.
Quién llama? Qué silencio poblado de ecos?
Hora de la nostalgia, hora de la alegría, hora de la soledad, hora mía entre todas!
Bocina en que el viento pasa cantando.
Tanta pasión de llanto anudada a mi cuerpo.

Sacudida de todas las raíces,
asalto de todas las olas!
Rodaba, alegre, triste, interminable, mi alma.

Pablo Neruda. 17.

No pude evitar leerte y recordar este poema de Neruda. Es triste. Es hermoso.
Hasta pronto.
Un abrazo.

h

HS.DELAVEGA dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Ireneo Morris dijo...

que la vida siga en pie.
celebro eso