domingo, enero 10, 2010

Poesía a la modernidad y el post.

Una vez el hombre nació y pidió: hágase la luz.
 Y así: la eternidad de la presencia del hombre.

Después reconoció en el agua, la energía flotante y volante del vapor: creo un exprimidor de partículas energéticas.

Un día al hombre se le olvido qué era hombre y creo para sí, un ambiente distinto a la naturaleza: la cultura. Emulsionó en una película de ilusiones al sol y la luna, como pintados de carboncillo y ollín. Proyecto sueños de papel, hechos después de metal y acero. Inchó sus pies con la piel del buey y la oveja. Se embelleció de plumas y saqueó los cardúmenes de atún; se quizo hacer adornos de plata que cubrieran su rosa y delicada piel de recién nacido al mundo.

Unos vieron en la pobreza del otro, la inspiración explotada del deseo de lo bello.
Otros construyeron poesía hecha filosofía y filosofía hecha poesía, encima de las ordas de libertad apagada.

Siempre quisimos más y mejor. Abundancia y prosperidad como todos los años.

Y ahora en el mundo al revés, el amor es el desamor. Los hijos no son el futuro sino el pasado. Los escotes la prenda del nuevo burgués, el viejo burgués el abuelo como árbol cansado, olvidado entre las nuevas diversiones del pasado mundo.
Los modales, antiquísimos tesoros sin valor que flotan entre impresos de colores, anunciando la riqueza del morbo.

Los pobres "la invensión del rico para lo que no comprende": la inspiración, siempre la inspiración de las utopías!  Construcción del discurso que nunca se haya en el otro.

El intelectual piensa en el músico pobre, en el indígena desvalido, en los alumnos incultos, como promesas de semillas a dar nuevos frutos de ideología, de casta proverbial, de praxis pura... el discurso sin embrago, no se encuentra en los ojos del que no sabe leer.

Las promesas son frágiles y bellas como el cristal de Murano. Todo en este tiempo es frágil y hermoso. Delicado, pasajero e inaprensible. Como la hermosa música de Marshall...

Lo pequeño sorprende con su enorme capacidad; lo grande estorba: las grandes familias, los años de cariño y compromiso, los grandes autos de metal, las monedas...

Todo es sustituible, re-sustituíble: las historias, los amores, el tiempo de sueño y alegría; todo es construído y re-construído: las familias, los cariños, la virginidad y la espiritualidad; las estructuras metálicas, las óseas, las económicas, las políticas, "las humanas"...

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