domingo, enero 31, 2010

La guerra.

 A veces quisiera gritar, pero tengo el silencio más grande atorado en el pecho.
Correr o lastimar, sin tener que recurrir a la culpa y el arrepentimiento.
Me contaron que puede haber paz en la guerra, y destrucción en la creación;
miedo en la valentía; incoherencia en la razón.

Yo soy una de esas, las personas que solemos preguntarnos tantas veces,
si los pasos fueron en retroceso para poder avanzar.
Quemar puentes, construir otros; actuar y pensar, pensar en el hacer; hacer, pensando.
Sentir? sentir, viviendo. Sentir, llorando. Lágrimas de pensamiento. Lágrimas de angustia.
Lágrimas de incoherencia; de tus palabras de hierro, de tus manos de porcelana,  de astillas que cortan cada hermoso recuerdo.

Llora, me dijeron; todo lo que tengas que llorar.
No llores; no vale la pena.
Pero el valor se mide en lágrimas y sufrimiento, cuando la sanidad mental y emocional no justifican el riesgo, el coraje...

Ya no quiero pensar. Quiero que me quiten el cerebro.
Quiero descansar en la comodidad de un pequeño mundo donde no me cuenten mis errores.
Donde me arropen las palabras escritas de los muertos.
Donde los diálogos me sirvan como distracción al miedo de no encontrarte de nuevo.

Pero estoy sola. Afortunada e irremediablemente sola.
Escucho mis pensamientos como susurros de pena; pero también como canciones de paz que me exigen que esta vez me siga a mi misma. Me veo en el espejo: soy bonita? No. Soy hermosa! Soy grande, soy loca, soy tenaz y atrevida. Pero a veces mi yugo escupe desde mis pupilas, la sumisión acostumbrada de mi loca libertad.

Eso quiero! ser libre de ti, verte con indiferencia, recordarte como cuando olvido limpiar mis zapatos...
pero tengo miedo, de que si lo hago, lo haré sin remordimientos, y cuando sea así, dejaré tu existencia entre los muros de una caja... Así, digo tu nombre casi todos los días para no olvidarte; recuerdo tus últimas palabras, para aprender a odiarte... pero al final la batalla del amor y el odio se apaga con funestas lagrimas de confusión y cansancio... necesito descansar, dejarte ir; hacerte ir; obligarte a que te vayas.

Ya no te quiero más en mí... eso intento creer.

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