martes, marzo 10, 2009

El Franz Mayer y Barbie.


A sus 50 años, no sólo ha sido polémica, multifacética y siempre reflejo de las constantes demandas de la idealización estética femenina, fetichización de la moda, estándares laborales de género, políticas e ideologías, labores propias del género, la vanguardia del mercado infantil, las políticas norteamericanas, las nuevas tecnologías y los nuevos cánones estéticos, además de promocionar la vigencia del estereotipo de mujer, cuya tarea a lo largo de 50 años ha sido cubrir la aspiración de "lo femenino".
El Franz Mayer abrió sus puertas para celebrar a un objeto, cuya trascendencia ha alcanzando casi el culto, no sólo por su diseño y mercantilización (espero...), sino por la real y sincera (casi descarada) manera de invocar a todos aquellos demonios que la cultura idealista ha generado, y ha logrado salir ilesa. Ha logrado sobrevivir a las numerosas críticas como objeto de estudio, como objeto de culto y como objeto de diseño: se reinventa, se recontruye, se readapta y se reinventa como reflejo lo que se desea que deseemos ser... "sólo un chica"!

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