sábado, noviembre 22, 2008

y a través de la niebla, el canto del grillo

Cantará el grillo de nuevo, de nuevo en el alba menguante,
su canción sin letra de mil señales.
Que caiga la niebla, si el silencio llega,
que borre los horrores que se apagaron e hirvieron al anochecer.
Que venga un rayo de luz, que con el calor borre la furia, el rencor y el miedo.
Una vez más: una plegaria por los caídos; un rezo de libertad para los soñadores.
Que venga el medio día, que las mitades siempre tienen la verdad: mitad de noche y mitad de día, mitad de pesadilla y mitad de sueño.
Que abra los ojos, que los cierre, que duerma y despierte.
Un puñado de voces, que aclamen al alba, al grillo cantar, a la libertad que tanto parece que no despertará.
Deja el miedo vagabundo y junto a tu ejército, llama a tu voluntad de acero, llama a tu voz de justicia, de bondad, de verdad.
Abre los ojos y míranos con tus ojos sin iris, a esos ojos blancos divinos y míranos desde tu montaña.
Míranos, míranos, deja al grillo con su canto de mil liras, déjalo, para que nos cante una vez más.

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